El cuerpo no solo necesita agua cuando se trata de rehidratarse, por eso, a la hora de atenderla en casa es clave contar con las soluciones adecuadas y reaccionar pronto. Los bebés, los niños más pequeños, los adultos mayores y las personas enfermas son la población más vulnerable frente a una deshidratación.
Cuando un niño tiene vómito, diarrea o los dos síntomas juntos puede deshidratarse muy fácilmente, pues la velocidad a la que pierde los líquidos es más rápida que aquella a la que los recupera, si la deshidratación no se trata a tiempo, puede causar incluso la muerte.
¿Qué hacer para devolver al cuerpo los líquidos que necesita y evitar consecuencias graves?
Estas son las ocho recomendaciones básicas de los expertos.
1. Comenzar a rehidratar al niño ante las primeras pérdidas de líquidos por cuenta del vómito y la diarrea. Es importante evitar que el problema avance, porque la deshidratación grave puede causar complicaciones renales, cardiacas o respiratorias. También puede producir la muerte.
2. Una regla comúnmente conocida es que por cada evacuación o vómito se debe de brindar de taza a 1/2 taza de soluciones de rehidratación oral como Pedialyte® SR para evitar deshidratarse más.
3. No darle a beber al niño solo agua porque esta no contiene las sales necesarias para evitar una deshidratación.
4. No trates de rehidratar con ningún tipo de gaseosas ni bebidas deportivas para rehidratarse, azucaradas o juguitos de caja. El azúcar puede aumentar la diarrea y el vómito con lo cual el niño perder más líquidos y se generará el efecto contrario al deseado.
5. Si el bebé toma leche materna, continuar con la lactancia en tomas más seguidas. La leche materna tiene todo lo que el pequeño necesita. Llevar al niño a urgencia si la diarrea no disminuye en tres días, si el niño vomita repetidamente más de tres veces en una hora y, también cuando la sed no se calma con el suero oral o si no recibe líquidos o no come nada. Sin embargo, si presenta diarrea con sangre es necesario llevarlo a consulta inmediatamente.
6. Prestarle atención a síntomas como reducción de la elasticidad de la piel y los ojos hundidos, falta de orina, si el niño llora sin lágrimas y tiene su boca seca. Es de gravedad cuando existe una pérdida parcial del conocimiento, pulso rápido y débil o extremidades frías y húmedas ya que en estos casos se debe acudir inmediatamente a urgencias.
7. No medicar al niño sin autorización del profesional de la salud, es él quien debe recetar los medicamentos cuando son necesarios.
8. Siempre consulta al profesional de la salud ante cualquier duda.