La natación es considerada la práctica deportiva más completa gracias a su acción aeróbica, permite mover de manera coordinada y armoniosa una cantidad impresionante de músculos.
Si bien esta actividad deportiva trae muchos beneficios, también pueden existir desventajas por su mala práctica, en donde movimientos erróneos, pueden acarrear lesiones como lumbago, cervicalgias, dorsalgias, contracturas musculares o dolores articulares.
Es por ello que parte de las exigencias de la natación es realizar un buen calentamiento, contar con la asesoría de un experto que tenga la potestad de guiar el ejercicio, con la intención de evitar lesiones y por último realizar un estiramiento que evite la concentración de ácido láctico en los músculos.
Aunque parezca contradictorio la deshidratación durante la natación sí existe y la mayoría de las veces es ignorada, puesto que al estar bajo el agua es difícil evidenciar la cantidad de líquido perdido en la sudoración.
Ahora una de las recomendaciones más obvias pero relevantes para prevenir la deshidratación, es tomar líquidos antes, durante y después del ejercicio. Es importante contemplar que algunas veces el agua no será suficiente, por lo que compensar la pérdida de sales vitales y líquidos con
soluciones como Pedialyte 30 podría ser una excelente alternativa.